lunes, 19 de septiembre de 2016

#Rusia


Elecciones parlamentarias de Rusia

El pueblo ruso castiga a Vladimir Putin no votando, consciente de que es la única forma de hacerlo


Las elecciones más predecibles y aburridas del mundo, se celebraron ayer. Éstas son, sin duda, las rusas.

Todo el mundo sabe que va a ganar Rusia Unida, independientemente de lo que vote la gente. Y por supuesto así fue:






El partido cuyo candidato oficial es el primer ministro Dmitry Medveded y el real es el Presidente Vladimir Putin, tiene absolutamente controlado el sistema electoral, los medios de comunicación y la oposición. No hay opción a las sorpresas, 26 años después de su llegada al poder.

Ni siquiera se molestaron en fingir alegría desde su sede en Moscú. ¿Para qué?. Un sobrio discurso de Putin y para casa. Ellos son los primeros conscientes del paripé.

El pueblo ruso no tiene por tanto opciones reales de castigar a su gobierno, incluso aún con el evidente empeoramiento de la economía supuesto por la bajada de precios del petróleo y las sanciones de occidente tras la invasión de Crimea.

Mejor dicho, solo tiene una. La abstención. Sin duda, la cifra más difícil de manipular. Y de hecho la de ayer fue la más alta de la historia de la Federación Rusa.

Los sondeos a pie de urna situaban la participación en un penoso 39%. Luego los datos oficiales la subieron a un 47%. Probablemente la cifra real esté más cerca de la primera, e incluso sea aún más baja.

En Moscú y San Petersburgo, las ciudades más controladas por observadores, se registraron unas abstenciones descomunales, superiores al 70%.

También los datos oficiales tuvieron que corregir los resultados. Al cierre de urnas se situaba el apoyo a Rusia Unida en un 45% de los votos. Esto era menos que en 2011.
En el último reporte oficial, lo subieron hasta el 51%.

En estas elecciones se estrenaba un sistema electoral nuevo, por el que la mitad de los miembros de la Duma se eligieron de manera proporcional y la otra mitad de forma mayoritaria en cada distrito.

Este cambio, por supuesto, beneficia claramente a Rusia Unida. En estos gráficos vemos la subida del partido de Putin en la Duma respecto a 2011, con tan solo un 3% más de votos (datos oficiales).




Como vemos, Rusia Unida ha pasado de 238 a 343. Si ya antes tenía la mayoría absoluta, ahora condena a la total irrelevancia a la oposición.

El segundo partido ha sido de nuevo el Partido Comunista. Se trata de los considerados herederos de Stalin y la época dura de la dictadura soviética. Unos nostálgicos del pasado que critican las políticas conservadoras y pro empresariales de Putin. E irónicamente también sus métodos anti-democráticos.

Es evidente que la falta de democracia en Rusia perjudica a los comunistas, que muy probablemente tengan un apoyo popular sustancialmente superior al 13% oficial. No obstante, dado a su pasado, no parecen precisamente la mejor alternativa democrática al actual régimen.

Muy cerca de ellos se quedó el tercer partido en cuestión, el Partido Liberal Democrático. Ahora mismo, junto a los social demócratas de Rusia Unida, parecen las únicas opciones serias a que algún día no muy lejano se democratice el país. Ningún partido más entró en la Duma ya que es necesario un 5% de votos para lograrlo.

Así bien, Putin sigue tranquilo en su dictadura. Incluso en estas elecciones ha presumido de menor manipulación que en otras. Ha conseguido desconectar a la población, hacer que no crean en ellas y que se resignen a lo que hay. Así, no han hecho falta tantas irregularidades como en otras ocasiones.

Aún así, como en cada elección la oposición ha denunciado inumerables irregularidades. El Partido Comunista ha interpuesto más de 1000 denuncias y el Liberal más de 500. Incluso se ha visto en internet a un interventor de Rusia Unida rellenando urnas con sacos de papeletas. Como de costumbre, no pasará nada.

Por otra parte, los posibles puntos más calientes del país (Crimea y Chechenia) tampoco lo han sido tal.

En Crimea, el gobierno ruso no ha dejado pasar a los observadores internacionales, por lo que no se sabe muy bien que ha pasado. La televisión estatal asegura que ha predominado la normalidad.

También en Chechenia, donde la participación (al contrario que el resto del país) ha batido récords. La razón, el gobernador Ramzan Kadirov.

Aliado de Putin (quien dio permiso al gobernador para hacer lo que quisiera, siempre que respetara la permanencia en Rusia), ha multiplicado por 10 los métodos de Moscú. Asesinatos de opositores, cierres de medios de comunicación, prohibiciones de partidos, etc.

Al mismo tiempo que la Duma rusa, en Chechenia también elegían su propio parlamento. A pesar de las advertencias de la presidenta Pamfilova del comité electoral ruso de que "las victorias por más del 90% no están de moda", el partido de Kedirov ha ganado por un más que controvertido 97% de los votos.

En definitiva, la dictadura de Putin (y la más pequeña de Kedirov) tiene pocos visos de caer, y menos en las urnas. Quizás el adormecido pueblo despierte algún día, como ya lo hiciera hace casi 100 años. No se atisba otra forma de cambio posible en Rusia.



22:02



Firmado: David Rubio

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