domingo, 2 de octubre de 2016

#Colombia


Plebiscito para los acuerdos Gobierno-FARC


Los colombianos sorprenden al mundo votando en contra de la paz y con una enorme abstención



Por muy politólogo que seas, hay veces que la realidad del mundo te supera y a uno realmente le cuesta entenderla. Me pasó en el bréxit y me ha ocurrido hoy. Vamos, no obstante, a intentarlo.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, estaba preparado para ser el protagonista del día más señalado de la historia reciente de Colombia. Había logrado por primera vez en 56 años llegar a un acuerdo con las FARC para acabar con la guerrilla.

Solo necesitaba el apoyo mayoritario de su pueblo para pasar a la historia como el presidente de Colombia que trajo la paz. Todas las encuestas le daban un apoyo superior al 60%. Pero perdió.


Realmente, el resultado fue ajustadísimo. Mucho más que en el bréxit. Sólo 60.000 votos de diferencia, apenas un 0,3%.




El Si a los Acuerdos de Paz necesitaba ganar al No y superar el 13% del censo (4.400.000 votos). Consiguió alcanzar esta segunda meta, pero se quedó a las puertas de la primera.

Este resultado sorprendió a todos, pues prácticamente todos los partidos habían apoyado el acuerdo. No solo el gobierno, también algunos de la oposición como el Partido Conservador  o el Polo Democrático (izquierda).

Prácticamente, el único partido importante que se posicionó en contra del acuerdo es el Centro Democrático, formación muy derechista liderada por el expresidente Álvaro Uribe.

Liderando la campaña por el No, Uribe desechó el acuerdo por considerarlo demasiado blando. Pedía mayores penas hacia los guerrilleros, que dieran reparaciones de guerra hacia sus víctimas y que no tuvieran facilidades para acceder al Congreso y puestos políticos.

También algunos sectores desde la extrema izquierda se posicionaron en contra, reclamando justo lo contrario, mayor protagonismo político para la guerrilla.

Aunque en un primer momento el fin de estas negociaciones que duraban ya 3 años fue recibido con mucha alegría en Colombia, y así lo reflejaban las encuestas, el escepticismo fue ganando terreno.

El Centro Democrático y los partidarios del No recordaron las atrocidades de la guerrilla, y el apoyo al Si fue bajando. Especialmente, el rechazo al acuerdo subió entre los más mayores de la población, cuyo rencor hacia la guerrilla es sin duda más grande que el de los jóvenes.

No obstante, casi todos daban por hecho la victoria del Si esta noche. Ya desde antes del recuento se empezó a torcer la jornada, debido al huracán Matthew. Se dieron fuertes lluvias e incluso inundaciones en las zonas caribeñas de la nación. Sin duda, esto fomentó la abstención, en un país que ya de por si no se caracteriza por grandes cifras de participación electoral.

Finalmente la cifra fue del 37%, aún más baja que en las últimas elecciones presidenciales del 2014 (47%). Contrasta con el momento histórico que esta votación suponía para el país.

El recuento empezó con una estrechísima victoria del Si por menos de un 1%. La tendencia fue girando hacia el No, y una hora después del cierre de urnas ya era irreversible. La sorpresa se había dado.

La prueba evidente de que casi nadie esperaba este resultado es la tardanza que tuvieron todos los protagonistas en responder. El presidente Santos no compareció hasta pasadas 3 horas, con un discurso breve.

"El cese de las armas sigue estando vigente" tuvo que confirmar Santos. El presidente llamó a renegociar el acuerdo a uno mejor. No quiso hablar de ocasión perdida, sino de momento para mejorar aún más la forma de alcanzar la paz. Tendió la mano a todas las fuerzas políticas contrarias para que le acompañarán en este objetivo, en una clara alusión a Uribe.

Pero este mensaje de paz quedaba vacío si no lo refrendaban las FARC. Así lo hizo su representante desde La Habana poco después: "Mantenemos nuestra disposición a usar solo la palabra y no las armas".

El representante guerrillero Timoleón Jiménez dio un mensaje de retomar las negociaciones y descartar volver a la guerra. No obstante, fue mucho más duro con Uribe: "Hoy han ganado los que quería sembrar el odio".

Viendo el mapa del país, resulta muy gráfico como el Si a los acuerdos tuvo un claro apoyo en la Colombia más rural, así como en Bogotá y Cartagena. Sin embargo, el No ganó en el resto de las grandes ciudades.





 Resultados en Bogotá



Algunas de las regiones que más sufrieron la guerrilla como Chocó y Cauca votaron claramente por el Acuerdo de Paz.


Resultados de Chocó



Resultados de Cauca




No obstante, en Medellín (la segunda ciudad del país) y su región de Antioquía arrasó el No.


 Resultados en Medellín


Después de esto, la pregunta que se hacen todos en Colombia, hayan votado a favor o en contra es la misma: ¿Y ahora qué?

Parece que tanto gobierno como FARC tienen voluntad por renegociar. Pero no está muy claro que es lo que hay que renegociar. El "No" es muy inconcreto. No se sabe muy bien que es exactamente lo que no convence a la gente: la impunidad, la participación en política, las reparaciones, la devolución de tierras, zonas de concentración, etc.

Además, se antoja difícil que los guerrileros acepten mayores penas de cárcel y reparaciones a cambio de nada. 

Pero si realmente las FARC han cambiado, es hora de demostrarlo. Este grupo armado se fundó con aspiraciones de convertir Colombia en una dictadura comunista, luego evolucionó hacia unos narcotraficantes y hoy en día dicen estar dispuestos a aceptar la democracia y entrar en el sistema político.

Hoy se han llevado su primera lección de democracia. Gran parte de la sociedad no les quiere, y es hora de demostrar estar a la altura de saber aceptarlo.

El Centro Democrático, por su parte, ha celebrado su victoria, pero también ha dado un mensaje de continuación con el proceso. Todas las declaraciones de sus líderes han ido en torno a modificar el Acuerdo, pero no a derogarlo y volver a la guerrilla. También quieren la paz, pero de otra forma.

Santos ha comprendido hoy que necesita su apoyo para salvar su proceso. Tendrá por delante la difícil tarea de poner de acuerdo a la derecha más férrea con los guerrilleros antiguamente comunistas.

Su credibilidad ha sufrido un duro golpe. Cameron acabó dimitiendo tras el bréxit. No parece que esa vaya a ser su intención. Tampoco mostró la más mínima autocrítica ni trató de explicar las razones de este fracaso electoral.

Aún puede ser el presidente que puede llevar la paz a Colombia, aunque parece que le va a costar un poco más de lo que esperaba. "No me rendiré", declaró al final de su breve discurso.

Con un tuit, confirmó poco después que mañana mismo se retomarán las negociaciones con las FARC.


Lo cierto es que este revés pone en el limbo el acuerdo con las FARC (e incluso las posiblidades de negociación también con el ELN). Santos tiene las elecciones en 2018. Dos años para reconducir la situación. Pero si no consigue nuevos avances pronto, serán cada vez más los que pidan su dimisión.


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