jueves, 21 de julio de 2016

#EEUU


 Último día de la Convención Nacional Republicana.


Se acabó. La gran fiesta republicana que ha vivido Cleveland terminó luego de 4 días bien cargados de discursos, proclamas, polémicas y follones varios.


Quizás hoy fue el día más relajado. Luego de que Ted Cruz desatara ayer el caos cuando se negó a apoyar a Donald Trump en pleno discurso, el programa de hoy solo contemplaba oradores "trumpistas".

El Partido Republicano se ha esforzado durante estos 4 días en aparentar fuerza y convencer de que las divisiones internas que genera su candidato no son más que invenciones de la prensa y los demócratas.

Pero no les ha salido muy bien. Ya el primer día los contrarios a Trump se hicieron notar pretendiendo cambiar las reglas de votación y forzar a la desesperada la elección de otro candidato.

Incluso en la propia votación del segundo día, hubo delegaciones rebeldes que se agarraron estrictamente a los resultados de las primarias en sus estados para votar por Cruz o Kasich. Donald Trump salió electo con la menor diferencia desde los años 70.

Y el tercer día, tuvimos el ya mencionado lío de Ted Cruz, que incluso provocó que su mujer tuviera que salir escoltada del pabellón. El propio Ted se justificó esta mañana antes de la convención diciendo que él no es un "perro sumiso de Trump ni del partido" y recordó los ataques machistas del candidato republicano a su esposa durante la campaña.

Con este panorama, llegaban los republicanos a su último día de convención. Su estrategia durante toda la misma no ha sido otra que mandar continuos mensajes de firmeza y mano dura como propuesta para arreglar la supuesta América caótica e insegura que les deja Obama.

Si su lema de ayer fue "Make America First Again" (no exento de ciertas connotaciones xenófogas) el de hoy ha sido "Make America One Again". Un tanto irónico, teniendo en cuenta que no parecen capaces de conseguir unidad ni en su propio partido.

Tampoco han cesado en sus ataques a Hillary Clinton. El grito estrella del acto ha sido "¡enciérrenla, encierrenla!". Sería interminable reproducir aquí todas las acusaciones que han vertido hacia la candidata demócrata. Algunas de ellas más fundamentadas, otras menos y demasiadas totalmente ridículas. Comunista, amiga del terrorismo, asesina, traidora, aliada de Irán...

Los 2 oradores más serios de hoy fueron la gobernadora de Oklahoma Mary Fallin (quien también evitó apoyar a Trump) y el jefe del Comité Nacional Republicano Reince Priebus (quien tuvo que hacer un discurso 100% oficialista por mandato del cargo).

Dos buenos políticos en cualquier caso que probablemente en su interior deben ser los más avergonzados al ver en lo que se ha convertido el actual Partido Republicano.

Especial vergüenza deben sentir cuando los oradores proclamaban la necesidad de construir un enorme muro que les separe de sus despreciados vecinos mexicanos, mientras que el público jadeaba la idea con gritos del "¡Construye el muro!".

Y con esas llegó por supuesto el rey de la noche, Donald Trump. Como es tradición, el candidato republicano cerró la convención con su discurso final. Duró unos 80 minutos y entre algunas de sus perlas podemos destacar: "Hillary quiere imigración y anarquía masivas" "Los inmigrantes ilegales son una amenaza para nuestros ciudadanos", "Nadie conoce el sistema mejor que yo y solo yo puedo arreglarlo" (cabe recordar que su experiencia política es nula), "Soy el candidato del pueblo" o "A diferencia de los demócratas, nosotros ponemos a América primero".

Visto el espectáculo, Hillary reaccionó una vez desde su twitter. Esta vez lo hizo con un tuit en español y cargado de significado político: "Si construiremos un muro, pero entre tú y la presidencia, Donald".

En definitiva, el Partido Republicano sigue tocando fondo luego de que el huracán Trump pasará por encima de él durante este último año. La pregunta es si todo este populismo barato al final si resultará efectivo y lograrán alcanzar la presidencia. De no ser así, podemos estar una auténtica explosión interna. La situación es tan inusual que da la sensación que el partido de los elefantes en noviembre se juega el todo o nada. La Casa Blanca o el caos.

A todo esto, la semana que viene les toca el turno a sus rivales. Los demócratas tienen ante si la responsabilidad de evitar que las descabelladas ideas de Trump se hagan realidad. A partir del lunes veremos que se cuece en el otro lado de la política estadounidense.


Firmado: David Rubio

06:35

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